martes, 12 de agosto de 2014

Manjari Sharma



Segundo plano: number 31




Baja las escaleras dando saltitos, mirándose en las ventanas de cada rellano. Entre el piso 4 y 3 se ve espléndida, entre los pisos 2 y 1 no le gusta su peinado y al llegar a la puerta de la calle, le dan ganas de subir, desvestirse y llenarse el cuerpo de sedantes.

Emite un suspiro capaz de inflar un globo de una sola vez. Se coloca el cigarrillo en la boca sin encender, abre la puerta, en la calle palpa sus pantalones en busca del encendedor. Da 5 pasos, quizá 6, coloca sus auriculares en sus orejas, cuando esta a punto de blindarse del ruido con su música electrónica un hombre de mediana edad de etnia intuitivamente pakistaní, le hace señales con los brazos, creyendo que la música le impide escuchar sus palabras de acento ya casi familiar:

-Eh amiga , excuse me, can you help me?

Sus ojos se vuelven blancos y su cara adopta una expresión de repugnáncia, no estaba en sus planes socializar tan pronto, solo había dado 5 pasos....mierda..., jodido pakistaní, no ha podido ni encender su cigarrillo, el cual se ha pegado a su labio inferior, odia cuando los cigarrillos se le pegan en el labio inferior. Al mirar la cara del hombre, parecía preocupado y su mirada mezcla de prudencia y desesperación chocó frontalmente con su mirada de desprecio, furia y apatía.

Sin saber como,  emite un "what?" casi inaudible, pero el pakistaní, parece poseer orejas de murciélago, porque lo oye a la primera .Él, sin perder su expresión de desespero, le formula una nueva pregunta"number 31...please", ella abandona su apatía, los ojos abiertos le dicen " ayuda a este hombre y vete"
Con un tono decidido, formulado mientras sus manos tiran su cabello hacia atrás le formula una corta pregunta"31? what 31?" ( el cigarrillo sigue pegado en el labio inferior, moviendose con cada una de sus palabras)
Gesto de desesperación del pakistaní, que saca uno de sus  auriculares de las orejas y le ofrece uno de ellos.Ella lo mira contrariada, por un momento piensa que le va a hacer escuchar algún disco de boollywood, o un concierto de tablas y sitar.El pakistaní, estaba hablando todo el rato con alguien , con los auriculares puestos.
Se introduce  el auricular con un poco de asco, en el otro lado de la linea, suena  una voz femenina, rotunda"Número 31!" por el tono, parece cansada de dar explicaciones. Ella replica con la misma energía " 31 de donde?!", de la calle Londres!!! responde con reverberación ( posiblemente se encuentre en una cocina o en el Wc)
Joooder, replica ella sonriendo al pakistaní, estamos en la calle Londres ( de echo ella vivía en el nº 50)
Rapidamente con una sonrisa y una simple indicación le muestra el lado de la calle de los números impares " sube por la calle unos 5 min y llegarás al 31"
El pakistaní le sonríe y le enciende el cigarrillo a modo de agradecimiento.
Da unas dos caladas seguidas, el encuentro le a puesto nerviosa, pero decide continuar su plan de salir de casa. A lo lejos el pakistaní rumbo al número 31, arrastra una pequeña maleta de la cual no se había fijado antes.Emite un breve diagnóstico: turista

El camino hacia el bar donde normalmente se "anclaba" hasta su cierre es un compendio de imagenes de ruinas en su cabeza. Ruinas no físicas, no palpables, pero de igual repercusión .Sus cimientos hacía tiempo que se aguantaban por muy poco.Su cara no sabía gesticular el placer, se había casi olvidado de ello, arrimconandolo, poco a poco, substituyendolo por la indiferencia, la neutralidad, co mo una imagen perpetua de ventanilla de tren en marcha.

Sus cigarrillos automáticos iban cayendo de sus dedos a menudo inacabados, como las uñas de sus manos, mordisqueadas irregularmente, como sus objetivos en general, mordisqueados e inacabados.

Saluda cabizbaja al llegar, sentándose apresuradamente en un taburete metálico, que a menudo le hace resbalar, pide su combinado de vodka y tónica y se limita a observar y beber en pequeños sorbos.
Esta allí para no estar en casa...
Entabla una pseudo conversación con un hombre de su edad, separado recientemente y con dos hijos. Se separó de su mujer para irse con otra, la cual no tubo el valor suficiente para dejar su relación y ahora se veía escollado y desesperado en una especie de estación de trenes sin transito.
Cuando se acabó su vodka, pidió otro y siguió bebiendo en sorbitos pero no escuchando. Por suerte el se cansó de su monologo y decidió irse sin despedida.

Acabó  su segundo vodka, salió a fumarse un cigarrillo esperando una brisa veraniega tardía, pero no llego. Observo a varios chicos y chicas fumando amorrados a las pantallas de sus teléfonos de última generación. Desesperados por no perder el contacto  ni un solo minuto.
Aplasta la colilla con un movimiento rotatorio de talón, entra , paga sus copas y se larga sin que nadie del bar la eche de menos.

Siempre que vuelve a casa suele cantar mal y flojito, mira hacia arriba intentando descubrir una nueva estrella pero siempre choca con esas nubes anaranjadas y repelentes infectadas de contaminación lumínica.
Llega a su calle mas temprano de lo previsto, su pelo le tapa la cara y decide peinarse en el espejo de un portal, Su cara parece cansada.Su pelo le parece horrible. Se aparta el mechón con un gesto forzado y precipitado. Levanta los ojos y sonrie...."number 31 baby" la coincidencia le arrancó una sonrisa y sus ojos divisaron no muy lejos, a una figura arrastrando una maleta de ruedas.
alejándose con  pasos cortos y arrastrados, a medida que se acercaba, mas se daba cuenta de no querer interactuar, no sonrisas, no preguntas, no....deja que se marche, piensa, no digas nada...

Él mostraba el ceño fruncido, sudado, con los ojos abiertos, fríos y distantes, arrastrando su maleta, ahora pesada y difícil, con la boca cerrada, sin preguntas, ni gestos, solo camina, lentamente, ocultándose, volviendo al agujero, sin hacer ruido, inadvertido, casi invisible