Otra vez estaba inmerso en reflexiones sobre lo corrosivo y placentero que resulta el amor.Estamos hechos para ello? O quizá lo mejor sea aceptar una rutinaria vida llana?
Una vida llena de automatismos, esquemas horarios para dejar en las horas de sueño la introspección personal.
LA ingravidez es posible en los más minúsculos detalles, pero la razón la culpa, esa consciencia te aplasta sin avisar de forma brutal
Miro minuto tras minuto, por mi ventana de cristales sucios, las imágenes translúcidas me provocan un simpático atractivo.
El azúcar de nuevo entra en el fluido sanguíneo y te proporciona esa energía caduca, eufórica y plastificada en forma de pequeña hiperactividad fugaz.Instantes instantáneos de continuidad cola cao.
Mis equilibrios con la gravedad se hacían más frecuentes, me encarné en un trapecista sereno y paciente de un circo búlgaro abandonado.
La sinfonía del trapecio se asemejaba a la hipnosis cardiaca a la que estaba inmerso….los malabaristas ejercían sus malabares con piernas de enanos cortadas y puestas en potes de formol.
Con embriones de tu pasado ausente, flotando como ceniza, en un cigarro a cortaviento
LA correspondencia llegó a su destino, el mensaje, pero, no causó la mínima transcendéncia.Podemos hablar alto y claro, de indiferéncia.La burbuja de jabón explotó…no se podía esperar más y quedó inmerso en su lavadora dando vueltas….como las aspas de un molino mecánico, su mirada fija, asustada, entrecortada por alternados calcetines de algodón.
De los calcetines decidí empezar a forzar los agujeros, ya medio empezados del asilo y me meé en un vaso donde había una dentadura.Yacía inerte como un galeón hundido…de esa batalla no me acuerdo en absoluto.
Rompí una cáscara de huevo y me froté la clara en la cara, larvas de caracoles empezaron a salir de los poros de la piel.Bailando en círculos como una balada italiana, golpe de luz blanca en mi interior y caída en picado.
El absurdo mareo de una canción facilota, llena de sincopas me hizo llegar a un nirvana nauseótico.Los sentidos se desmarcaron en direcciones opuestas como las de los magnetismos contrarios de un imán.
La manzana de Newton no logró caer, se quedó en el árbol, impertérrita, devorada por los gusanos.La muerte volvió para que naciera de nuevo algo.
Una vida llena de automatismos, esquemas horarios para dejar en las horas de sueño la introspección personal.
LA ingravidez es posible en los más minúsculos detalles, pero la razón la culpa, esa consciencia te aplasta sin avisar de forma brutal
Miro minuto tras minuto, por mi ventana de cristales sucios, las imágenes translúcidas me provocan un simpático atractivo.
El azúcar de nuevo entra en el fluido sanguíneo y te proporciona esa energía caduca, eufórica y plastificada en forma de pequeña hiperactividad fugaz.Instantes instantáneos de continuidad cola cao.
Mis equilibrios con la gravedad se hacían más frecuentes, me encarné en un trapecista sereno y paciente de un circo búlgaro abandonado.
La sinfonía del trapecio se asemejaba a la hipnosis cardiaca a la que estaba inmerso….los malabaristas ejercían sus malabares con piernas de enanos cortadas y puestas en potes de formol.
Con embriones de tu pasado ausente, flotando como ceniza, en un cigarro a cortaviento
LA correspondencia llegó a su destino, el mensaje, pero, no causó la mínima transcendéncia.Podemos hablar alto y claro, de indiferéncia.La burbuja de jabón explotó…no se podía esperar más y quedó inmerso en su lavadora dando vueltas….como las aspas de un molino mecánico, su mirada fija, asustada, entrecortada por alternados calcetines de algodón.
De los calcetines decidí empezar a forzar los agujeros, ya medio empezados del asilo y me meé en un vaso donde había una dentadura.Yacía inerte como un galeón hundido…de esa batalla no me acuerdo en absoluto.
Rompí una cáscara de huevo y me froté la clara en la cara, larvas de caracoles empezaron a salir de los poros de la piel.Bailando en círculos como una balada italiana, golpe de luz blanca en mi interior y caída en picado.
El absurdo mareo de una canción facilota, llena de sincopas me hizo llegar a un nirvana nauseótico.Los sentidos se desmarcaron en direcciones opuestas como las de los magnetismos contrarios de un imán.
La manzana de Newton no logró caer, se quedó en el árbol, impertérrita, devorada por los gusanos.La muerte volvió para que naciera de nuevo algo.
Escuchar: Aerial M-Dazzle and Awake
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