Empecé a contar las veces en que la mosca decidía pasar por mi nariz. Quedé, sobretodo , hipnotizado por su cuadricular, a modo espiral, vuelo. Unos cuadros clasificadores, contenían decenas de mariposas muertas, todas con su correspondiente alfiler. El olor de aquel sitio apestaba terriblemente a humedad.
Las paredes descolchadas formaban rostros grotescos, que me hablan lento y sin piedad.Sus palabras me sumieron en una profunda tristeza, pensé en quedarme en el suelo inmóvil víctima de la inanición.
La reanimación fue inmediata. Una voz remota resurgió para dictarme un mensaje sencillo y rotundo: Levántate! Creo que sabía que pasaría todo aquello. Aun así, como a menudo me pasa, ignoré mis instintos para realizar mi escrito destino.
Ahora caminaba solo por las estrechas calles del centro de la ciudad. Observé el titular de un periódico transformado en manta por un necesitado homeless. “La vida es más precaria en comparación a los españoles de los años 80”
Gente que, entre vasos de Mirinda, esnifaban anfetamina y bailaban canciones tontas de Mecano. Bajones de heroína, coños frondosos y escasos escarceos de folk limpio, en las cortas mañanas de domingo después de la explosión.
Yo era tan solo un niño, pero las delgadas paredes de mi habitación, me lo contaron todo.
Las paredes descolchadas formaban rostros grotescos, que me hablan lento y sin piedad.Sus palabras me sumieron en una profunda tristeza, pensé en quedarme en el suelo inmóvil víctima de la inanición.
La reanimación fue inmediata. Una voz remota resurgió para dictarme un mensaje sencillo y rotundo: Levántate! Creo que sabía que pasaría todo aquello. Aun así, como a menudo me pasa, ignoré mis instintos para realizar mi escrito destino.
Ahora caminaba solo por las estrechas calles del centro de la ciudad. Observé el titular de un periódico transformado en manta por un necesitado homeless. “La vida es más precaria en comparación a los españoles de los años 80”
Gente que, entre vasos de Mirinda, esnifaban anfetamina y bailaban canciones tontas de Mecano. Bajones de heroína, coños frondosos y escasos escarceos de folk limpio, en las cortas mañanas de domingo después de la explosión.
Yo era tan solo un niño, pero las delgadas paredes de mi habitación, me lo contaron todo.
Escuchar: Polansky y el Ardor-Catalepsia
que macu..............
ResponderEliminartindrem que fer un hipnotic cuadricular a modo espiral vuelo, estic aburrit de l'horitzontal-lisme triangular rutinari
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