Escritura Automática 81

Me puse de lado, frente al espejo, miré de reojo y remarqué mi borrosa silueta en el vaho.perenne. Luego contemplé el garabato y con auténtica devoción, empecé a mutar esa figura voluptuosa. Abrí la puerta del baño y el espejo recobró su función.

Tres cigarrillos no encontraron cenicero, dos labios explotaron en un brusco beso baboso, fotocópias de bandadas de pájaros repartidas, lamentos, jadeos y risitas, central nuclear neuronal trabajando sin descanso, pasos con tacones imperfectos, sonrisas perfectas, ojos imperfectos, caricias automáticas en pechos vacios...un destrozado poster de James Dean me guiñó el ojo, sonreí mareado, mis manos estaban magulladas de escarbar en la tierra,, buscando un tesoro desgastado.

Encendí la tele, y entre cambios de canal, retube la atención en un anuncio de perfume femenino, rostros pálidos entres flores.seguí cambiando compulsivamente, hasta finalmente, cerrarla. Me ví reflejado, en aquel televisor antíguo, sentado en el sofá, continuaba inmerso en mi patológico sedentarismo.

Imagenes aplastadas como una masa de pizza por un rodillo juguetón, alargadas siluetas que se cuelan por debajo de tu puerta, estirando los brazos para tocar tus labios sorprendidos. La noche se acaba en un perezoso intento de caer hacia atras y asentir hacia adentro