domingo, 21 de abril de 2013
Escritura Automática 94
Me había picado algún bicho, aunque en invierno no hay. Todos están muertos... Me rascaba impulsivamente , era molesto y constante, como el ambiente al que estaba expuesto: caras sonrientes con un gran sarcasmo
Parecían nerviosos, con sus sienes sudadas, las manos automatizadas, flexionando los dedos, balanceando los brazos, débilmente, hacia los lados, sus sorrisas-bombilla iluminaban a las víctimas, las que por inocencia, no se percataban del juicio.
Las condenas a muerta, el inadvertido vuelo de los cuervos que se acomodan en los hombros de los derrotados y si, mi amor hay que arrastrarse para salir de aquí, comerte todo el azúcar que tan bien te sienta en tus labios bonitos....por favor, bájate las bragas, respira y recibeme
Se alejaron los cuervos por donde vinieron. Las bombillas fundidas, se rompieron en el suelo, en golpes secos de derrota. Sus bracitos dejaron de moverse.Un pequeño silencio invadió la estancia, como cuando para un estruendoso mecanismo, o la lavadora deja de funcionar.
Oler el ambiente, aunque sea en un sueño, me resulta placentero.Los olores y sonidos del ensueño evocador...
placentero hasta después del despertar
Impactas, seduces, desencantas... Como un amor platónico. Très bien!
ResponderEliminarEl trigo despunta
ResponderEliminaraquí
en el silencio
Sólo hay un recuerdo
amarillo
sin voz
y sin cuerpo
Adriana Schlittler