Las paredes se oscurecían a la misma velocidad en la que lo hacia su mente. El tiempo perdía significado, hasta tal punto, que todo su universo se convertía en un estado de locura vertiginosa e ingravidez.
Se levanto dolorido, con una mueca de tensión en su mandibula inferior, el ambiente cerrado olia a esperma reseco, acumulado en kleenex arrugados , esparcidos por el sofá. Un rastro patético, recordaba sus orgasmos como pequeñas decepciones. Cerró los ojos. Quería desaparecer. Puso su cabeza apollada bajo el grifo. Pasaron minutos. Sacó la cabeza. Su mirada pérdida en el espejo sucio, lleno de lamparones y de manchitas de sangre. Quizá algun amante del arte abstracto comprara ese espejo por mas de 2000 euros.
Con un miserable cafe instantáneo pretendía remontar el día.A pesar de sus múltiples mutilaciones en su voluntad, seguía siendo un iluso
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