lunes, 8 de marzo de 2010

Boris Vian


Boris Vian (10 de marzo de 1920 - 23 de junio de 1959) fue un novelista y dramaturgo francés que fue, además, poeta, músico de jazz, ingeniero y traductor; un par de primeras obras las escribió con el seudónimo de Vernon Sullivan. Escribió teatro, letra y música de canciones, cuentos y novelas. Tanto sus diez novelas como sus actuaciones de jazz fueron muy admiradas. Fue "sátrapa" del Colegio de Patafísica Boris Vian, nació en Ville-d'Avray, suburbio de París, en el año 1920, en el seno de una familia de clase media. Sus padres eran Paul Vian, rentista, y Yvonne Ramenez, aficionada a la música, tocaba el piano y el arpa. En su entorno familiar el arte era una cuestión importante, su madre era una amante de la ópera; su padre era poeta aficionado, traductor de inglés y alemán, aparte de interesarse por la mecánica y la electricidad. El crack económico de 1929 provocó un empeoramiento de la situación financiera de la familia, lo que obligó a que su padre comenzara a trabajar por primera vez en su vida a los treinta y seis años, como representante comercial, también debieron trasladarse de casa, y entre 1929 y 1932 alquilaron su antigua residencia a la familia de Yehudi Menuhin.

Poco después de cumplir Boris los doce años padeció un ataque de fiebre reumática y poco después fiebre tifoidea, que le provocaron una dolencia cardiaca que condicionó su salud durante toda su vida y provocó su temprana muerte. Fue un estudiante excepcional, aunque sus intereses más serios en esos momentos giraban en torno al jazz y las fiestas. Ya a los 20 años participó en una orquesta amateur de jazz junto a sus hermanos, donde sobre todo interpretaban obras de autores estadounidenses. Obtuvo el título de ingeniero en 1942, y un año después escribiría sus primeras novelas: Trouble dans les Andains y Vercoquin y el plancton. En esta última se ven reflejadas sus actividades reales, como pueden ser su trabajo en la Asociación Francesa de Normalización y la organización de desmesuradas fiestas –las llamadas surprise-parties–. Fiestas delirantes, alcohol, sexo y crítica a la burocracia, todo mezclado con un estilo personal donde lo absurdo y lo grotesco siempre están presentes.

En los años siguientes repartió su tiempo en diferentes actividades: además de novelas, comenzó a escribir cuentos, algunos publicados en Les Temps Modernes, –invitado por Jean Paul Sartre,- donde también escribió crónicas y criticas de aspectos sociales. En el periódico Combat –dirigido por Albert Camus–, abordó la crítica de jazz. En 1946 publicó dos novelas: La espuma de los días y El otoño en Pekín. También en 1946 publicó su primera novela, Escupiré sobre vuestra tumba, con el seudónimo de Vernon Sullivan, supuesto escritor negro estadounidense, y su nombre real figuraba como traductor de la obra. Ésta y las siguientes, dentro del estilo de la novela negra, fueron censuradas por su contenido de violencia y sexo, con su consiguiente aumento en la notoriedad y ventas. Luego de años de juicios contra el supuesto autor y su editor, Vian terminó reconociendo su autoría, mientras tanto habían sido cuatro las novelas publicadas con el seudónimo. La crítica se sintió ofendida por esta impostura, y a partir de ese momento el autor recibió ataques constantes, no sólo contra sus novelas como Sullivan, sino también contra su obra ‘seria’. Aparte de frecuentar a la intelectualidad existencialista de aquellos tiempos, en Saint-Germain-des-Prés, conoció a los grandes del jazz, como Duke Ellington, Miles Davis y Charlie Parker.

Dejó finalmente su profesión de ingeniero, y paralelamente a sus principales actividades, se dedicó a traducir novelas negras (esta vez de autores reales), y a dar conferencias sobre temas diversos. En 1950 publica La hierba roja, considerada una de sus obras más autobiográficas. Luego sobrevinieron varios fracasos literarios, sobre todo con la publicación de El Arrancacorazones, Vian decidió dejar de lado la narrativa y se dedicó a otras artes: compuso una ópera (El caballero de las nieves), y varias canciones, con las cuales llegó a grabar un disco y salir de gira. Una de sus canciones volvió a provocar el rechazo de la crítica y el público, “El desertor”, que incitaba a no cumplir con el servicio militar, en tiempos en que Francia tenía problemas con su ocupación argelina y otras incursiones militares. En 1955 encara una nueva actividad, Philips le encomienda realizar un catálogo de jazz y tiempo después pasa a ser el director artístico de la compañía. Al año siguiente actúa en varias películas, una de las cuales ganó la palma de oro en el Cannes, pero este año también significó su recaída en los problemas de salud, esta vez con un edema pulmonar, que se volvería a repetir tiempo después. Su salud se deterioraba cada vez más, lo que implicó que realizara varios retiros para mejorar su condición. A pesar de eso no dejó de escribir canciones y participar en películas. Boris Vian vendió los derechos de su novela Escupiré sobre vuestras tumbas para una adaptación cinematográfica. Aunque inicialmente estuvo encargado del guión, tras diversas peleas con la productora, el director y el guionista, Vian quedó fuera del proyecto y asistió de incógnito al preestreno de la película, en el cine Le Petit Marbeuf, cerca de los Campos Elíseos; falleció de un ataque cardiaco que sufrió durante la proyección de la película. Años después de su muerte obtendría el merecido reconocimiento del público y la crítica, y llegó a vender varios miles de ejemplares de sus obras.

Obras:

Trouble dans les Andains, 1943 Vercoquin y el pláncton, 1943 La Espuma de los Días (L'écume des jours), 1946 El otoño en Pekín (L'automne à Pékin), 1947 Las hormigas (Les fourmis), 1949 La hierba roja (L'herbe rouge), 1950 El arrancacorazones (L'arrache-cœur), 1953 El Lobo-Hombre (Le loup-garou), entre 1945 y 1952 (cuentos cortos) Escupiré sobre vuestra tumba (J'irai cracher sur vos tombes), 1946 Todos los muertos tienen la misma piel (Les morts ont tous la même peau), 1947 Que se mueran los feos (Et on tuera tous les affreux), 1948 Con las mujeres no hay manera (Elles se rendent pas compte), 1948 Tambien publicó varias canciones publicadas en diversos recopilatorios del autor como: -Le Chansons D'auteurs

Fragmentos de su obra:

" Bebe -dijo Colin. Bebieron los dos. El resplandor quedaba adherido a sus labios. Colin volvió a encender las luces. Parecía dudar si quedarse de pie.-Una vez al año no hace daño -dijo-. Creo que podríamos terminarnos la botella.-¿Y si cortáramos la tarta? -dijo Chick.Colin cogió un cuchillo de plata y se puso a trazar una espiral sobre la blancura pulida de la tarta. De repente, se detuvo y miró su obra con sorpresa.Voy a probar una cosa -dijo.Tomó una hoja de acebo del ramo de la mesa y, con una mano, asió la tarta. Haciéndola girar rápidamente sobre la punta del dedo, colocó, con la otra mano, una de las puntas del acebo en la espiral.-¡Escucha!... -dijo.Chick escuchó. Era la canción Chloé en la versión arreglada por Duke Ellington.Chick miró a Colin. Estaba tremendamente pálido. Chick le quitó el cuchillo de la mano y lo hincó con ademán firme en la tarta. La cortó en dos y, dentro de la tarta, vieron que había un nuevo artículo de Partre para Chick y una cita con Chloé para Colin. " (La Espuma de los Días)

" - Pero qué es lo que hay que hacer? - Estar en el suelo -dice Anne-. Estar en el suelo, sobre esta arena, en medio de la brisa y con la cabeza vacía; o andar y verlo todo, o hacer cosas, hacer casas de piedra para la gente, darles coches, luz, todo lo que todo el mundo pueda tener, para que ellos puedan no hacer nada también y permanecer en la arena, al sol, y tener la cabeza vacía, y hacer el amor a las mujeres. " (El Otoño en Pequín)

" - Folavril... -dijo Lazuli. - Saphir... -dijo Folavril. Y se besaron de nuevo. La noche se acercaba. Los vio y se detuvo antes de llegar a ellos, para no molestarlos. Mejor sería que fuera a acompañar a Wolf, que regresaba en aquel momento. Al cabo de una hora, todo estaba a oscuras, menos un círculo de sol en el que había los ojos cerrados de Folavril y los besos de Lazuli, en medio del vapor que desprendían sus cuerpos. " (La Hierba Roja)



















































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