Tumbado en la hierba olía su perfume mezclado con tierra húmeda. Una hormiga avanzaba en una de mis peludas piernas.Ligeras cosquillas acariciaban mi cerebro.Ellas contrastaban con la incómoda situación de ese insecto.Deslumbrado por el intenso e impiadoso sol de mediodía, me deshice como un sorbete de limón en unos labios adolescentes. Las noticias en la TV anunciaban una ola de frío polar en pleno agosto.Me imaginé en bermudas con mi tabardo hasta los tobillos deambulando por la playa.
Cogí una carcasa de caracola de mar y me la puse en el oído.Había un suave susurro, este pronunciaba una frase “vacío, vacío, vació” dudé , puede que solo existiera en mi cabeza, lejos de querer interpretar todo eso, tiré el caparazón.El mar seguía calmado y mis sentidos no paraban de registrar información.
Recopilé todas mis declaraciones de amor, las quemé y esparcí la ceniza sobre mi cabeza, a modo de tormenta de nieve.Arrodillado comprendí la caducidad en tu envase. Eres un manjar exquisito tristemente echado a perder.
Naturaleza sintética , peces en forma de palo cangrejo y anguilas fideo…la naturaleza se adapta a los tiempos.
Cogí una carcasa de caracola de mar y me la puse en el oído.Había un suave susurro, este pronunciaba una frase “vacío, vacío, vació” dudé , puede que solo existiera en mi cabeza, lejos de querer interpretar todo eso, tiré el caparazón.El mar seguía calmado y mis sentidos no paraban de registrar información.
Recopilé todas mis declaraciones de amor, las quemé y esparcí la ceniza sobre mi cabeza, a modo de tormenta de nieve.Arrodillado comprendí la caducidad en tu envase. Eres un manjar exquisito tristemente echado a perder.
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