miércoles, 25 de abril de 2012

Escritura Automática 77


Recoloqué de nuevo las piezas de encima de la mesa. Cada vez que pasaba por delante, me sometía a un instintivo movimiento, que hacia cambiar la forma de esa estructura simple.
Una mezcla de obsesión y placer.Dos de las cosas mas importantes de mi vida.

Nunca antes había dado importancia a atarme los cordones en el mismo instante en que se desataban, hasta esa misma tarde, en la que tropecé torpemente y salí proyectado hacia delante, aterrizando encima de un vagabundo pedigüeño, al cual, dejé sin sentido, apoderándome de su papel durante unos instantes.
Me atreveria a decir, que durante ese corto espacio de tiempo, recaudé mas dinero que él en toda la mañana. Cuando recobró el sentido, lo abracé y le enseñé el sombrero lleno de dinero, me regaló una sonrisa negra, y me ofreció un trago de vino barato, el cual rehusé amablemente, abandonando la esquina con un buen golpe en la cara.

Después el instinto me condujo lejos de allí. Recuperada la consciencia, contemplaba las palomas comiendo migajas de bocadillo de forma obsesiva, mi condición de supervivencia no es muy distinta a la suya.

2 comentarios:

  1. Sin duda creativo: Exquisito el sendero que te conduce a la cálida supervivencia, y nos invita a adentrarnos en la obsesión y el placer.

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