Me encontraba posiblemente y prácticamente a medio camino. Podía estar medianamente agradecido por lo vivido y sin ganas (como siempre) de pronosticar lo que venía por delante.
Extrañas y curiosas coincidencias del azahar en momentos cruciales de mi vida, me hacían pensar en un cambio en mi porvenir.
Pasé por debajo de múltiples escaleras, y estuve hablando con un gato negro que fumaba tabaco. Verdadero pozo de sabiduría me indico el camino que debía seguir, no sin antes ofrecerme unas sardinas como acto hospitalario. Y tabasco como acto reivindicativo.
A fuera las vacas seguían masticando hierba sin parar, sus cuatro estómagos continuaban insaciables su trabajo digestivo. Cada uno con sus necesidades. Pensé en ese exprimidor de frutas, esa máquina marcó para mí, un principio y un fin. Ahora otra vez estaba allí, funcionando. Me sentía confuso y conmocionado.
Me ajusté la corbata, no quería perder las formas, era un perro educado, caballeroso a ratos, no olvidaba las cicatrices que me dejaron los felinos con sujetador, tatuajes permanentes de uñas extasiadas.
Cicatrices en la piel formaban figuras orgánicas, marcaban un escrito pasado. Observé el repicar de la lluvia en la ventana, creo que me quedaré en casa hoy. Ojearé unas revistas viejas, catálogos de lencería bruta, desmayado y decepcionado por el escenario exterior…. Un bostezo laaaargo que me aleja de vosotros, cada vez más, no hay despertador que me rompa la burbuja.
Extrañas y curiosas coincidencias del azahar en momentos cruciales de mi vida, me hacían pensar en un cambio en mi porvenir.
Pasé por debajo de múltiples escaleras, y estuve hablando con un gato negro que fumaba tabaco. Verdadero pozo de sabiduría me indico el camino que debía seguir, no sin antes ofrecerme unas sardinas como acto hospitalario. Y tabasco como acto reivindicativo.
A fuera las vacas seguían masticando hierba sin parar, sus cuatro estómagos continuaban insaciables su trabajo digestivo. Cada uno con sus necesidades. Pensé en ese exprimidor de frutas, esa máquina marcó para mí, un principio y un fin. Ahora otra vez estaba allí, funcionando. Me sentía confuso y conmocionado.
Me ajusté la corbata, no quería perder las formas, era un perro educado, caballeroso a ratos, no olvidaba las cicatrices que me dejaron los felinos con sujetador, tatuajes permanentes de uñas extasiadas.
Cicatrices en la piel formaban figuras orgánicas, marcaban un escrito pasado. Observé el repicar de la lluvia en la ventana, creo que me quedaré en casa hoy. Ojearé unas revistas viejas, catálogos de lencería bruta, desmayado y decepcionado por el escenario exterior…. Un bostezo laaaargo que me aleja de vosotros, cada vez más, no hay despertador que me rompa la burbuja.
Escuchar: Sixtoo-Transient Control
No hay comentarios:
Publicar un comentario